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La prevalencia de los trastornos depresivos se sitúa hasta en un 10% de la población adulta, y alcanza el 15% en personas mayores. La frecuencia en mujeres es el doble que en hombres y aproximadamente el 75% de los pacientes con ingresos bajos no la tratan correctamente.

La depresión es una enfermedad multifactorial que se caracteriza por un trastorno del estado de ánimo prolongado en el tiempo. La persona es incapaz de sentir emociones positivas y de disfrutar, tiene falta de energía y vitalidad, así como desinterés.

Una depresión no debe confundirse con un estado pasajero de tristeza. La enfermedad se produce cuando ese sentimiento de tristeza aparece de manera desproporcionada después de un hecho concreto, aunque también puede ocurrir sin un estímulo que lo desencadene o como consecuencia de tomar algún medicamento.

Clasificación

Leve la persona puede seguir desarrollando su vida con total normalidad, pero presenta dos de los siguientes síntomas:

  • Humor depresivo durante más de 2 semanas
  • Pérdida de interés o incapacidad de disfrutar de actividades que antes le gustaban
  • Falta de vitalidad o fatiga
Moderada la persona puede realizar actividades cotidianas, pero con alguna dificultad. Además de presentar 2 síntomas del cuadro leve, presentará cuatro de los siguientes síntomas:

  • Pérdida de confianza
  • Sentimientos de inferioridad
  • Reproches a sí mismo
  • Pensamiento de muerte o suicidio
  • Falta de concentración
  • Alteraciones del sueño
Grave cuando la persona presenta los 3 síntomas característicos del cuadro leve y 5 del cuadro moderado.

¿Cuando acudir al médico?

Es necesario acudir al profesional cuando los síntomas de tristeza, apatía y desgana se prolongan más de 2 semanas.

Tratamiento

En el tratamiento farmacológico se emplean los llamados antidepresivos. La elección de los fármacos adecuados a cada paciente dependerá de la valoración clínica del médico. Es importante que la medicación se tome diariamente y se tenga en cuenta que la mejoría de los síntomas puede tardar entre dos y cuatro semanas en aparecer, por lo que no se debe abandonar el tratamiento sin hablar con el médico antes.

También existen otros tratamientos, como la fitoterapia, que es útil sobre todo en etapas iniciales o en procesos naturales de desánimo.

CONSEJOS HIGIÉNICO-DIETÉTICOS

  • No tomar decisiones importantes, pero sí pequeñas decisiones del día a día.
  • Tener un hobbie.
  • Tratar de dormir las horas necesarias.
  • Afrontar el problema y pensar qué es lo que puede solucionarlo.
  • Siempre mantener una actitud positiva.
  • Prevenir el estrés innecesario, sin marcarse retos inalcanzables.
  • Luchar por mantener los afectos familiares y ampliar la red social para tratar de sentirse mejor e impedir el aislamiento.

CONSEJOS PARA FAMILIARES Y CUIDADORES

  • Entender esta enfermedad requiere un diagnós¬tico y un tratamiento adecuado por parte del profesional sanitario.
  • No es suficiente con la voluntad; se necesita una ayuda profesional.
  • Los consejos no son recomendables, tampoco las órdenes. No ayuda tratar de dar instrucciones a los pacientes sobre qué se debe hacer o cómo hacerlo («tienes que», «levántate», «tendrías que» …).
  • Transmitir a la persona el entendimiento y la tranquilidad de que conse¬guirá superar la enfermedad con ayuda.
  • El apoyo debe realizarse desde la distancia, tratando de evitar que el paciente se sienta agobiado o invadido, siempre con delicadeza y comprensión.
  • Mantener una actitud positiva y abierta; la escucha y la motivación son fundamentales para aliviar el sufrimiento.
  • No siempre es adecuado tratar de forzar un cambio de vida con unas vacaciones, un cambio de trabajo o huyendo del problema; esto podría empeorar la situación.

SIGNOS DE ALARMA EN LA DEPRESIÓN

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  • El sueño es un estado de reposo durante el cual el cuerpo y la mente se recuperan y se preparan para el día siguiente. Es esencial para la salud física y mental, ya que permite que el cuerpo repare tejidos, consolide la memoria y regule las funciones corporales.

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