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El dolor de espalda es uno de los más comunes. La región lumbar es la que se verá afectada con más frecuencia, debido a su mayor movilidad y a que soporta más peso.
Cuando somos jóvenes el dolor más habitual se debe a alteraciones postulares, sobreesfuerzos o estrés, pero con la edad se incrementan otro tipo de patologías como las hernias discales o los procesos degenerativos óseos.
La mayoría de los dolores de espalda desaparecen espontáneamente después de un tiempo, y se alivian con antiinflamatorios y analgésicos.
Los complejos de vitamina B1-B6-B12 potencian el efecto de los antiinflamatorios y aceleran la recuperación. Si tienes dolor de espalda consulta a tu farmacéutico.
Deberías acudir al médico si sufres de:
- Dolor persistente durante más de 6 semanas.
- Dolor limitante que empeora progresivamente.
- Dolor en reposo, sobre todo durante las noches.
- Dolor en una zona sobre todo en la que hayas sufrido un traumatismo previo.
- Algún otro síntoma adicional
Recomendaciones:
Con unos buenos hábitos puedes reducir el dolor articular y muscular o prevenirlo en un futuro.
Peso saludable
El sobrepeso puede afectar a tus articulaciones y a la resistencia de tus huesos.
Si tu peso es inferior al normal puedes perder masa ósea, aumentando el riesgo de padecer osteoporosis.
Realiza ejercicio físico de forma regular
Favorece la movilidad articular y potencia la musculatura.
Mantén una buena postura
Evita tener la espalda curvada o en tensión. Procura no estar de pie en la misma posición por largos periodos de tiempo.
Mover pesos
Cuando te agaches utiliza las rodillas y no el tronco, y al levantarte aprovecha el impulso de las piernas.
Utiliza calzado cómodo
Los tacones altos aumentan diez veces la probabilidad de sufrir dolor en las articulaciones.
Duerme de lado
Con las rodillas levemente dobladas, te ayudará a mantener la curvatura de la espalda y a liberar presión sobre las articulaciones.
El sobrepeso y la obesidad son problemas de salud crecientes a nivel mundial. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 39% de los adultos tienen sobrepeso y el 13% son obesos. Estas condiciones están estrechamente asociadas con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, como enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular y hipertensión arterial.
Nuestro cuerpo envejece y los agentes externos como tabaco, el sedentarismo, la contaminación y, por sobre todo, la mala alimentación, aceleran este proceso. Los encargados de frenar esta tarea son los antioxidantes.
Las vitaminas son sustancias químicas no sintetizables por el organismo, o lo que es lo mismo, que nuestro cuerpo no las produce por sí mismas.